2. Muchas veces los adultos tampoco saben lo que es bueno para ellos. Se hacen un lío con las cosas. Se les olvida qué son.
3. La vida está llena de misterios. ¡Qué apasionante!
4. Tú eres tú, y nadie más puede serlo por ti.
5. Si no recordamos que somos únicos, nos olvidamos, poco a poco, de quienes somos.
6. Las sonrisas son contagiosas. Cuando tú sonríes a alguien, es fácil que esa persona te sonría a ti, y que sonría a otras personas.
7. Sólo se pierde a la gente cuando uno se olvida de ella, cuando se le vuelve indiferente.
8. Cuando quieres a una persona, ésta, en cierto modo, permanece siempre contigo, incluso cuando se va.
9. La unión hace la fuerza.
10. Me di cuenta de que no era lo mismo colaborar que competir. ¿Qué pasaría si las hormigas compitiesen unas con otras en vez de colaborar?
11. Es importante mantener limpio el lugar donde uno vive. Si no cuidamos lo que nos rodea, podemos acabar viviendo en un montón de basura; y eso no sería una buena forma de vivir.
12. De pronto, me sentí muy importante, orgullosa de lo que estábamos haciendo juntos. Yo podía intervenir para que las cosas fuesen mejor para alguien. A pesar de ser sólo una niña, podía actuar, podía hacer algo valioso.
13. El saber que lo que haces es importante para alguien, lo convierte en algo valioso.
14. Si uno recuerda para qué sirven las cosas que hace, que son valiosas para alguien, las hace más a gusto. A todos nos gusta hacer cosas importantes.
15. Las personas están hechas también de sus sueños.
16. Los amigos, los amigos de verdad, te hacen más fuerte.
17. Somos también lo que hacemos. Lo que hacemos es importante, porque, a su vez, nos hace a nosotros.
18. A todos nos gusta que nos hagan caso y nos demuestren afecto.
19. Los pensamientos y los sentimientos ocurren dentro de nosotros, no fuera. Los que sentimos y pensamos somos tú y yo. Nadie lo hace por nosotros. Somos nosotros viviendo este momento.
20. ¿Sabéis que estamos hechos de sueños, pensamientos, sentimientos y también de lo que hacemos?
21. Las cosas que se hacen con amor salen mucho mejor.
22. La vida está hecha de pequeñas cosas, por eso son importantes.
23. La gente está hecha de amor, estamos hechos de amor.
24. Vivir con amor te hace fuerte y te reconforta.
25. Vivir con amor es vivir amando la vida. Es tener ilusión de vivir. Es dar importancia a las pequeñas cosas que haces. Es pensar que merece la pena vivir.
26. Los deseos son como fuerzas que nos empujan, son los orígenes de donde nacen las acciones.
27. También estamos hechos de nuestros deseos. Los deseos nos empujan a hacer unas cosas u otras.
28. Es importante saber lo que uno desea de verdad. Los adultos, a menudo, se hacen un lío con lo que desean. Creen que desean una cosa y, en realidad, desean otra, incluso la opuesta. Sus deseos se confunden con los miedos; se pierden en el olvido, cubiertos por la pereza y la falta de confianza en uno mismo.
29. Es importante saber lo que uno desea de verdad. Si lo sabes, con esfuerzo y confianza, lo puedes conseguir. Si ignoras lo que quieres, todo se vuelve más confuso. Es bueno que crezcas sabiendo lo que quieres.
30. Si tú vives las cosas que te ocurren con desánimo y desesperanza, poco a poco, tu realidad se vuelve tenebrosa y amenazadora. Por el contrario, si te enfrentas a las cosas que te suceden con fortaleza y confianza en ti misma, y con la decisión de superar las dificultades, que siempre existen en la vida real, irás adelante con ilusión y tu realidad no será tenebrosa ni amenazadora; será interesante. La vida puede ser una hermosa aventura. De ti depende en qué la conviertas; construye bien, construye con amor.
31. Se nos olvida lo más importante: vivir con ilusión y amor. Sí, es lo más importante. Eso y el no olvidar quién eres. Tienes que recordar tus sueños, lo que deseas de verdad.
32. Mientras no me olvides, no me perderás. Estaré contigo, te animaré con mi luz...
33. Construye bien, construye tu vida con amor e ilusión. La vida puede ser una aventura interesante. Ten confianza en ti. ¡Vívela!
34. Yo, sólo una niña de diez años, formaba parte de este enigmático mundo, lleno de vida y de deseo de seguir existiendo. No era una simple espectadora de lo que ocurre a mi alrededor; podía intervenir para conservarlo, para cuidarlo y quererlo. Podía decidir vivir con ilusión y amor a la vida.
35. Desde luego, yo viviré con amor e ilusión, decidí. Afrontaré las cosas que me ocurren con valor; tendré coraje para superar las dificultades y los desafíos que se me presenten. Y no olvidaré que soy esa niña que sueña con volar. No olvidaré quién soy, ni siquiera en los peores momentos. Es mi decisión: vivir la vida con ilusión y amor. Y así será, porque de mí depende. Yo soy la que construyo mi realidad, merece la pena hacerlo bien, merece la pena hacerlo con amor.
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